Pablo Vallarino
¿Por qué? Porque un día cualquiera, hace años, mi vida era un caos. Era un adolescente que creía que lo tenía todo y, de un momento a otro, sin previo aviso y sin anestesia, vio cómo el castillo de naipes que había levantado se derrumbó estrepitosamente. Entonces, ya no tenía nada.
Y las que creía eran certezas se convirtieron en dudas. Mi vida se llenó de preguntas, pero también de resentimientos, disputas con familiares, tropiezos y fracasos repetidos. Nada de lo que hacía daba los resultados que esperaba y cada día era algo dolorosamente insoportable.