En un mundo donde las reglas parecen estar ya escritas, el poder de romper con las expectativas se convierte en una herramienta transformadora. Atreverse a desafiar lo establecido no solo nos permite redescubrir nuestra esencia, sino también abrir nuevas puertas hacia posibilidades inimaginables.
Hoy es un día muy especial para mí. Podrías preguntarte por qué. No, no es mi cumpleaños; de hecho, cumplo en enero. Sin embargo, quiero que te quedes hasta el final porque tengo un obsequio para vos. Este obsequio tiene que ver con el cumpleaños de mi hija, que hoy cumple trece años.
Este día es especial no solo porque sea su cumpleaños —algo que celebramos todos los años con amor—, sino porque su llegada marcó un antes y un después en mi vida. Mi hija nació en medio de una de las peores crisis de mi vida, un año en el que estuve internado cuatro veces y casi no la cuento. En ese contexto, decidimos llamarla Paz, porque era exactamente lo que necesitábamos en ese momento.
Su nacimiento fue el principio de un cambio profundo en mi vida. No solo trajo calma en medio de la tormenta, sino que también me ayudó a ver cosas que antes no podía. Fue ahí cuando aprendí algo crucial: gran parte de mis problemas provenían de mis expectativas, no de mi realidad.
Las expectativas tienen un poder enorme. Durante años viví insatisfecho, atrapado en un ciclo de inconformidad y mal agradecimiento. No porque mi vida fuera mala, sino porque mis expectativas estaban fuera de lo que realmente podía alcanzar. Eso me llevó a vivir en un estado constante de estrés y frustración.
Estudiando y reflexionando, descubrí que esta situación es más común de lo que parece. Mucha gente vive insatisfecha porque se compara constantemente con los demás y con estándares inalcanzables. Es fácil caer en esta trampa cuando las redes sociales y el marketing nos bombardean con mensajes de éxito instantáneo y metas irreales.
Yo mismo caí en esa dinámica. Aunque mi equipo y yo teníamos buenos resultados, siempre ponía metas desproporcionadas. Por ejemplo, si estábamos en un nivel 6, yo aspiraba a llegar a 30. Trabajábamos duro, pero al alcanzar 14, en lugar de celebrar el crecimiento, sentíamos que habíamos fallado.
Este ciclo era destructivo. La diferencia entre mis expectativas y la realidad generaba estrés, insatisfacción y, lo peor de todo, desmotivación en el equipo. Entonces, aprendí el poder de romper con las expectativas. Me di cuenta de que era más valioso enfocarse en mejoras constantes, en avanzar un paso a la vez.
Si estaba en 6, el siguiente paso debía ser 7, y no un salto imposible a 30. Este cambio de perspectiva me permitió disfrutar del proceso, valorar los logros y trabajar de manera más consciente. Descubrí que cada etapa tiene desafíos únicos, y que estos solo se superan transitándolos.
El poder de romper con las expectativas radica en aceptar dónde estamos, en trabajar hacia un crecimiento realista y sostenible, y en dejar de lado la comparación con metas externas que no reflejan nuestra realidad. Cuando aprendemos a valorar cada paso, el crecimiento se convierte en algo natural y satisfactorio.
Espero que este concepto te resuene y que puedas aplicarlo en tu vida. No importa si estás en 1, 5 o 15; lo importante es trabajar hacia el siguiente nivel y celebrar cada avance.
¡suscribete a mis redes!
Accedé a nuestro canal gratuito en Telegram: https://pablovallarino.com/FansTelegram
¿Te interesa el mundo del copytrading? comienza por aquí: https://pablovallarino.com/copyfans
🫵Te interesa aprender trading con robots 🤖 https://pablovallarino.com/fansgo
Deja una respuesta